jueves, 5 de junio de 2014

¿Se puede seguir?

Una foto suya sonriendo, con su rostro pálido, ojos marrones vivos y alegres, con ese brillo especial que solo los suyos tienen, los mofletes ligeramente sonrojados, un sonrisa amplia, los labios ligeramente rosados, el pelo liso, suelto, mas o menos largo, cayéndole por los hombros y los brazos. Tenia esa mirada, esa mirada que rebosaba alegría, amor, esperanza.
No puede seguir mirándola, su recuerdo aún está presente. La echa tanto de menos. Ellos tenían un futuro juntos, lo habían superado todo. Y entonces un accidente de coche se la arrebató. La muerte vino de pronto para dejar un hueco su corazón. Sin piedad. Sin tiempo para un último adiós. Sus últimas palabras, "te quiero, en nada estoy allí". Pero no está, ya nunca estará. Y nada lo puede evitar. Han pasado 18 días, y sigue tan muerto como cuando se enteró. Como cuando la vio por última vez dos calles más allá, atrapada entre cristales. La tapicería manchada de sangre. De su sangre. 
Cierra los ojos con fuerza. No puede seguir pensando en ello o estallará. Necesita descansar un poco, si es que lo consigue.

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